Nos lo pasamos pipa pintando caras a los niños y niñas de Villanueva de la Torre. Se quedaban petrificados cuando les ibas a pintar, lo mejor, la ilusión que se les veía en los ojillos cuando se miraban al espejo. Pintamos durante tres horas sin parar!!!!!, al día siguiente no podíamos sentir la espalda :), pero gustó mucho, todos querían repetir.
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